Cayó ante San Lorenzo, 74 a 73. Dos triples fenomenales de Marcos Mata inclinaron la balanza para el "azulgrana" en un juego fantástico del "milrayitas", que ahora tiene el crédito abierto.
Por Marcelo Solari
Estuvo tan cerca que todavía muchos se están preguntando cómo fue posible quedarse con las manos vacías. Peñarol, en el debut de Carlos Romano como entrenador, hizo anoche un gran partido frente al multicampeón San Lorenzo de Almagro. Tuvo la victoria al alcance de la mano pero no la pudo atrapar. Dos apariciones fantasmales de Marcos Mata, con sendos triples desde “Boedo”, y bajo una lluvia de silbidos e insultos de toda la gente, el “azulgrana” se impuso por 74 a 73, en un partidazo por la Liga Nacional de Básquetbol jugado en el Polideportivo “Islas Malvinas”.
Tal como se esperaba, ambos entrenadores recibieron un prolongado y cálido aplauso de la concurrencia a la hora de las presentaciones de los dos equipos. No era para menos, con todo lo que le dieron al “milrayitas” tanto Romano como Néstor García.
De entrada se percibió una postura diferente de Peñarol para afrontar el partido. Más agresivo y más intenso, independientemente de sus aciertos. Así logró mantener defensivamente a raya a los poderosos internos rivales (Esteban Batista y James Williams), aunque padeció la eficacia de los perimetrales, especialmente de Facundo Piñero (3/3 triples en el cuarto inicial).
Otro rasgo diferente fue la rotación. Casi constante. Para levantar la confianza de algunos jugadores que habían quedado relegados y, también, como herramienta para sostener el nivel de intensidad. Sobre todo ante un adversario que suele marcar diferencias con un plantel profundo.
Una de las gratas sorpresas de esa primera mitad resultó Nicolás Franco. Muy comprometido en defensa y presente también a la hora de anotar. El pibe fue arropado con un merecido reconocimiento de la gente. Y, sobre todo, con una sincera felicitación de su entrenador.
Un positivo cierre del primer cuarto le permitió al local quedar apenas 15-19 abajo en las cifras antes del primer descanso.
Pero un mal comienzo del segundo parcial le pasó su factura. En menos de 1m30s, San Lorenzo pasó a ganar 15-24. Apenas una muestra de la contundencia del tetracampeón vigente de la Liga, poseedor de una enorme jerarquía que hace pagar caros los errores a cada rival.
Pero Peñarol entendió rápido que no podía conceder terreno de esa forma. Se puso firme en defensa, clausuró el camino hacia su aro para los internos del “santo”, ajustó sobre los tiradores y disfrutó de su mejor pasaje hasta allí. Que se tradujo con un parcial de 10-0 para pasar por primera vez al frente gracias a un triple de Joaquín Valinotti.
Y aunque no logró llevarse el triunfo parcial a los vestuarios, cumplió con creces una de las premisas de la noche: apenas permitió 31 puntos de su adversario, un muy buen avance en términos defensivos. San Lorenzo había llegado al juego con un promedio de 88,1.
Y aunque el “azulgrana” intentó atacar con más velocidad para sacar al local de una posición conveniente, se equivocó y se apresuró. Eso le jugó en contra, porque se incrementó su margen de error, sus pérdidas y sus bajos porcentajes.
En rigor de verdad, pese a alguna buena circulación aislada, a los dos les costó adelante. Con ofensivas muy forzadas, Peñarol pareció sentirse más a gusto. Minimizó la incidencia del juego interior del rival y entonces, el poderoso San Lorenzo, impedido de progresar cerca del canasto de su oponente, tuvo que recurrir al tiro de tres puntos, no siempre con el éxito buscado.
Tan bueno fue el trabajo de Peñarol (acaso merecía mejor suerte), que algunas individualidades rutilantes de San Lorenzo quedaron reducidas a su mínima expresión. Por momentos, los de Boedo reflejaron la imagen de la frustración.
Sin apartarse de su plan defensivo, el equipo de Romano lo complementó con un ataque balanceado, con responsabilidades repartidas. San Lorenzo fue más paciente en el final y, como era lógico, le tiró toda la presión a Peñarol. Algunos libres desperdiciados (11/20, 55%) y algunos descuidos lo dejaron sin nada. La media sonrisa de Mata, tras el primero de sus “triplazos”, se transformó en sonrisa entera con el segundo, como una especie de antídoto para contrarrestar la hostilidad de los hinchas que otros tiempos lo aplaudieron con ganas. Así es el básquet. Así es la vida.
Síntesis
Peñarol (73): J. Valinotti 6, M. Johnson 2 (x), P. Tabárez 12, L. Nash 19 y T. Harris 13 (FI). J.P. Cantero 9, N. Franco 10, S. Vaulet 0, L. Gorosterrazú 2, J.M. Fernández 0. DT: Carlos Romano.
San Lorenzo (74): N. Aguirre 2, M. Fjellerup 20, M. Mata 13, F. Piñero 16 y E. Batista 3 (FI). J. Williams 7, L. González 1, J. Vildoza 12, A. Cáffaro 0. DT: Néstor García.
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.
Arbitros: Diego Rougier, Javier Sánchez y Raúl Sánchez.
Parciales: 15-19, 29-31 y 49-48.